ARTICULO PARA PACIENTES

Probióticos, Prebióticos y Simbióticos

Debido a los importantes avances producidos en los últimos 20 años en el campo de la nutrición, se produce un cambio en el concepto de la misma y con ello en el papel de la dieta, pasando de aportar los nutrientes necesarios a la idea de que la dieta puede contener alimentos que, además de nutrir, promuevan específicamente la salud. Así surge el concepto de "Alimento Funcional", este puede ser un alimento natural, un alimento al que se ha añadido, eliminado o modificado un componente por medios biotecnológicos, que además de aportar los nutrientes recomendados, ejerce efectos beneficiosos sobre una o más funciones del organismo, fomentando la salud y reduciendo el riesgo de enfermedad. Uno de los subgrupos más destacados dentro de los alimentos funcionales lo constituyen los PROBIOTICOS.

El término "probiótico" fue introducido por primera vez en 1965 por Lilly y Stillwell; a diferencia de los antibióticos, se definió al probiótico como aquel factor de origen microbiológico que estimula el crecimiento de otros organismos. En 1989, Roy Fuller enfatizó el requisito de viabilidad para los probióticos e introdujo la idea de que tienen un efecto beneficioso para el huésped.

¿Qué son los Probióticos?

Según la FAO (Food and Agriculture Organization of the United Nations) "son microorganismos vivos (inocuos) que administrados en una cantidad y forma adecuadas confieren un beneficio a la salud del huesped". Son principalmente bacterias lácticas pertenecientes a los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium, se las conoce como BAL (Bacterias Ácido Lácticas), por su capacidad de convertir los hidratos de carbono en ácido láctico. Las tres especies más utilizadas son: Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus casei y Bifidobacterium spp. También pueden ser levadura Saccharomyces boulard y algunas especies de Escherichia Coli y Bacilli.

A estas bacterias se les realiza un proceso de selección (screening), evaluando su capacidad de resistir al pH ácido del estómago, a las enzimas digestivas y sales biliares del intestino, y de adherir al mucus o a las celulas epiteliales intestinales que favorecen su sobrevida y permanencia en el tubo digestivo.

Las formas más comunes para la administración de probióticos son:

  • ALIMENTOS NATURALES: se encuentran en forma natural en alimentos de todos los días como lácteos fermentados (yogures, leche, quesos), en vegetales fermentados (aceitunas, chucrut, soja y cereales), productos cárnicos y pescados fermentados y bebidas alcohólicas artesanales.
  • ALIMENTOS CON PROBIOTICOS AÑADIDOS: se agregan bacterias probióticas para la elaboración de ciertos alimentos. Es requisito principal que éstos microorganismos permanezcan viables y activos en el alimento y durante el pasaje gastrointestinal para garantizar así su efecto en el huésped.
  • SUPLEMENTOS DIETETICOS: contienen probióticos en forma de cápsulas o en polvo. No es un medicamento y su distribución se rige por las leyes de los alimentos.
  • PRODUCTOS MEDICINALES O AGENTES BIOTERAPEUTICOS: es un probiótico con efecto terapéutico aprobado, es decir es un medicamento.

Es muy común encontrar en el mercado comprimidos, cápsulas y sobres que contienen microorganismos en forma liofilizada. Es importante destacar que una vez ingeridos, sobreviven en el tubo digestivo del consumidor donde regulan la microbiota intestinal y ejercen efectos beneficiosos para su salud.

Una cepa probiótica se identifica por su género, especie, y una designación alfa numérica. La comunidad científica ha acordado una nomenclatura para los microorganismos—por ejemplo, Lactobacillus casei DN-114 001 o Lactobacillus rhamnosus GG

GENERO ESPECIE DESIGNACION DE LA CEPA
Lactobacillus rhamnosus GG
Lactobacillus casei DN-114 001

La comercialización y los nombres comerciales no están regulados, y las compañías pueden ponerle el nombre que quieran a sus productos probióticos—por ejemplo a Lactobacillus rhamnosus GG, LGG.

Si bien hay un consenso científico, no existe una definición legal del término "probiótico". Los criterios mínimos que debería incluir una descripción adecuada de un producto probiótico son los siguientes:

  • Identificación de género y especie, nomenclatura que concuerde con los nombres reconocidos científicamente.
  • Estar vivos en el producto.
  • Administrarse en dosis adecuadas, que se debería basar en la inducción del efecto fisiológico declarado.
  • Haber demostrado ser eficaces en estudios controlados en humanos.
  • Ser inocuos para el uso para el que estarían destinados.

Algunos ejemplos que se encuentran en el mercado:

  • Leche fermentada: algunas contienen Lactobacillus casei defensis DN 114001 con una concentración de 108 UFC/ml. La misma disminuye el tiempo de duración de diarreas, ayuda al equilibrio de la flora intestinal y favorece la absorción de nutrientes, ayuda también a mejorar la respuesta inmunitaria. (UFC: unidades formadoras de colonia).
  • Yogures: se encuentran algunos que contienen Lactobacillus casei y Bifidobacterium con una concentración de 107 UFC/ml c/u. Estos favorecen un mejor aprovechamiento de los nutrientes y modula la flora intestinal. Otros por ejemplo contienen Bifidobacterium animalis DN 173010 (108 UFC/ml), contribuyen al equilibrio de la flora intestinal regularizando el tránsito intestinal.

¿Cómo actúan los probióticos?

Cada individuo alberga 100,000 millones de microorganismos de 400 especies, en su mayoría bacterianas. Más del 95 % vive en el tracto digestivo, sobre todo en el colon. Es la llamada flora intestinal. En el útero materno, el feto vive en un ambiente estéril, sin gérmenes y en su intestino hay una ausencia total de agentes bacterianos. La concentración de las bacterias en el intestino aumenta a medida que el bebe crece pasando de la alimentación láctea a la mixta. Con el crecimiento la flora bacteriana se estabiliza. A lo largo de nuestra vida, según el tipo de alimentación que adoptemos y diversas condiciones intestinales, la población bacteriana sufrirá modificaciones tanto en cantidad como en calidad. Estas bacterias que forman la microbiota intestinal, proliferan en el interior del intestino grueso y fermentan diferentes elementos produciendo sustancias beneficiosas para la salud, intervienen en el desarrollo normal del sistema inmunitario y en la regulación de la respuesta del organismo ante los patógenos. La función de la microbiota intestinal es lograr una buena digestión, descomponer los alimentos y fortalecer el sistema inmunitario. Muchas veces dicha función de la microbiota puede verse alterada por diversas modificaciones, es aquí donde los "probióticos" juegan un papel muy importante actuando a nivel del tubo digestivo estabilizando la composición de la flora bacteriana e incrementando la resistencia del organismo frente a los patógenos, mejorando y activando las defensas produciendo vitaminas y enzimas digestivas.

Dosificación

La dosis necesaria de probióticos varía mucho dependiendo de la cepa y el producto. Si bien muchos productos de venta libre administran un rango de 1–10 miles de millones de UFC por dosis, algunos productos han demostrado ser eficaces a niveles inferiores, mientras que otros requieren muchísimas más. No es posible establecer una dosis general necesaria para probióticos; la dosificación debe basarse en estudios en humanos que muestren un beneficio a la salud.

Probióticos y Salud

La intención de usar probióticos es que ayuden a la flora intestinal que aparece naturalmente en el organismo humano. Algunos preparados probióticos han sido utilizados para evitar la diarrea provocada por antibióticos o como parte del tratamiento de la disbiosis vinculada a los antibióticos. Hay estudios que han documentado los efectos de los probióticos en una serie de trastornos gastrointestinales y extraintestinales, entre los que se incluyen la Enfermedad Intestinal Inflamatoria (EII), el Síndrome de Intestino Irritable (SII), las infecciones vaginales, y como refuerzo inmunológico. Algunos probióticos han demostrado aumentar la sobrevida de los recién nacidos pretérmino. Los probióticos también han sido investigados en relación con el eczema atópico y las complicaciones de la cirrosis hepática.

En general, la mayor evidencia clínica para los probióticos está vinculada a su uso en el mejoramiento de la salud intestinal y la estimulación de la función inmunitaria. Las pruebas o el uso de probióticos en otras indicaciones patológicas solamente es aceptable luego de la aprobación de un comité de ética independiente.

¿Qué son los Prebióticos?

Otra alternativa orientada a la mejora funcional de los alimentos mediante la modulación de la flora intestinal la constituyen los "prebióticos". Son sustancias alimenticias, no digeribles, que nutren selectivamente, a un grupo de microorganismos ya existentes en el intestino del individuo. Favorecen la multiplicación de las bacterias beneficiosas más que de las perjudiciales. Es decir que son el sustrato fundamental (el "alimento") de las bacterias probióticas.

La mayoría de los prebióticos se utilizan como ingredientes de alimentos como galletitas, cereales, chocolates, cremas y productos lácteos. Se caracterizan por ser moléculas de gran tamaño que no pueden ser digeridas por las enzimas digestivas del tracto gastrointestinal alto, alcanzando el intestino grueso donde son degradados por la microbiota bacteriana.

Los más conocidos o comúnmente usados son:

  • Oligofructosa
  • Inulina
  • Galacto-oligosacaridos
  • Lactulosa

La lactulosa favorece el desarrollo de los lactobacilos, y la inulina y galacto y oligofructosa favorecen el desarrollo de las bifidobacterias.

Algunos ejemplos:

  • Leche en polvo: algunas contienen 1,8 gramos de fibra alimenticia (oligosacárido glucosa) por porción (1 vaso de 200 ml). Ayuda a regularizar la función intestinal. Otras, 2 gramos de fibra soluble (inulina, FOS y polidextrosa). Ayuda a mejorar la composición de la flora intestinal, favorece una mejor absorción de calcio.
  • Barra de cereal: uno ejemplo que se encuentra en el mercado contiene 3,3 gramos de fibra alimentaria y 1,6 gramos de polidextrosa. Es fuente de fibra.

Simbióticos

A la combinación de prebióticos con probióticos se la define como "simbiótico". Se ha descripto un efecto sinérgico entre ambos, es decir, los prebióticos pueden estimular el crecimiento de cepas específicas y por tanto contribuir a la instalación de una microbiota bacteriana específica con efectos beneficiosos para la salud.

Ejemplos de simbiótico que se presentan en el mercado:

  • Yogur: con 108 UFC/ml Bifidobacterium animalis DN 173010 y prebiotico FOS (inulina). Ayuda al equilibrio de la flora, reduciendo el tiempo de transito intestinal.
  • Leche fermentada: con Lactobacillus casei CRL431, Lactobacillus acidophilus CRL 730 (jonhsonii) y Fructanos naturales (Inulina-FOS). Disminuye el tiempo de duración de diarreas persistentes, ayuda a prevenir osteosporosis, disminuye síntomas de intolerancia a la lactosa, estimula el sistema inmune, entre otras.

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Lic. Ma. Laura Risso
Departamento Nutrición
IBC Instituto de Bioquímica Clínica
LCHI Laboratorio Central Hospital Italiano "Dr. José A. Scrigna"

Bibliografía

  • WGO Practice Guideline: Probiotics and prebiotics (Guía Práctica de la Organización Mundial de Gastroenterología: Probióticos y prebióticos) http://www.worldgastroenterology.org/guidelines/global-guidelines/probiotics-and-prebiotics/probiotics-and-prebiotics-spanish# World Gastroenterology Organisation (WGO)
  • www.cerela.org.ar/ Centro de Referencia para Lactobacilos http://www.cerela.org.ar/ciencia/probioticos.htm
  • Probióticos en los alimentos. Propiedades saludables y nutricionales y directrices para la evaluación ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/009/a0512s/a0512s00.pdf FAO: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
  • Prebióticos y probióticos, una relación beneficiosa. Revista Cubana Aliment Nutr 2002; 16(1):16-8 Ada Lydia de las Cagigas Reig y Jorge Blanco Anesto.
  • Nutrición Hospitalaria. Probióticos y prebióticos en la práctica clínica. 2007;22(supl.2):26-34

Lic. Ma. Laura Risso
Departamento Nutrición
IBC Instituto de Bioquímica Clínica
LCHI Laboratorio Central Hospital Italiano Dr. José A. Scrigna