ARTICULO PARA COLEGAS

Determinación de ANTICUERPOS ANTINEUMOCOCO y ANTI TOXOIDE TETANICO en el estudio de las INMUNODEFICIENCIAS.

Las inmunodeficiencias son trastornos del sistema inmune que se caracterizan por una deficiente respuesta inmune frente a patógenos como virus y bacterias, células cancerígenas, etc. Estos trastornos pueden deberse a alteraciones en uno de los componentes del sistema inmune (órganos, células o moléculas inmunitarias) o pueden ser el resultado de un deterioro global de la respuesta inmune (mal funcionamiento o falta de respuesta). Las inmunodeficiencias se clasifican en dos tipos:

  • Primarias: presentes desde el nacimiento y suelen ser hereditarias. Por lo general se manifiestan durante el primer año de vida o en la infancia.
  • Secundarias: suelen aparecer a una edad más avanzada y son consecuencia de la administración de ciertos medicamentos o de otros trastornos como diabetes o el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Aunque las inmunodeficiencias secundarias son mucho más frecuentes que las primarias en el adulto, en el niño el peso de las primarias es mucho más relevante.

Las inmunodeficiencias primarias (IDP) son un grupo de casi 200 enfermedades de origen genético en las que existe una alteración cuantitativa y/o funcional de los diferentes mecanismos implicados en la respuesta inmunológica. Ello origina predisposición aumentada a infecciones, pero también a procesos autoinmunes, alergia y cáncer. Se conoce el defecto molecular en la mayoría de ellas, aunque se siguen describiendo nuevos genes cuyas mutaciones originan inmunodeficiencia primaria, y nuevos fenotipos clínicos.

Uno de los signos clínicos más comunes de la inmunodeficiencia primaria son las infecciones. Estas infecciones tienen ciertas características que orientan a la sospecha de IDP: son infecciones recurrentes, su cronicidad puede llevar a daño permanente de un órgano, no responden a los tratamientos, requieren el uso prolongado de antibióticos y las originan microorganismos poco habituales u oportunistas. Son frecuentes las infecciones del aparato respiratorio (neumonía, bronquitis, sinusitis, otitis), del aparato digestivo (diarreas especialmente) y de piel (tanto superficiales como profundas). En niños también puede darse un retraso en el peso y la talla, por efecto de la inmunodeficiencia en sí, por las repetidas fiebres y por cierta desnutrición que aparece con las diarreas reiteradas o prolongadas.

Con el paso del tiempo en niños pueden aparecer enfermedades reumáticas o autoinmunes. Cuando la inmunodeficiencia aparece en adultos, estas enfermedades pueden ser los primeros síntomas incluso antes que las infecciones frecuentes.

Así, en caso de sospecha de una IDP, el estudio inicial de laboratorio debe incluir:

  • Hemograma, con recuento diferencial de células sanguíneas, donde podemos reconocer linfopenia o neutropenia.
  • Cuantificación de inmunoglobulinas séricas (IgG, IgM e IgA): para evaluar principalmente hipogammaglobulinemia. Determinación de IgE e IgA secretora.

Un segundo paso diagnóstico incluirá un estudio especializado de la respuesta inmune:

  • Determinación de subclases de IgG.
  • Determinación de anticuerpos específicos contra antígenos proteicos, tales como tétanos, o polisacáridos como el neumococo.
  • Inmunofenotipo linfocitario: CD3+ (linfocitos T), CD3+CD4+, CD3+CD8+, índice CD4/CD8, CD19 (linfocitos B) y CD56+ (NK).
  • Ante una leucocitosis con inmunoglobulinas normales o altas, y presencia de abscesos en piel o diferentes órganos, realizar un test de la capacidad oxidativa de los granulocitos mediante citometría de flujo (para descartar la enfermedad granulomatosa crónica) y valorar el déficit de adhesión leucocitaria (aunque es una entidad extremadamente infrecuente).
  • Estudio del complemento.

Estas pruebas de laboratorio serán de utilidad en la confirmación del diagnóstico y permitirán identificar el trastorno específico del sistema inmunitario. Dentro de las inmunodeficiencias primarias, las deficiencias predominantemente de anticuerpos, constituyen el trastorno de mayor frecuencia.

Deficiencias de Anticuerpos

La evaluación inicial frente a una sospecha de deficiencia de anticuerpos implica la medición de los niveles séricos de IgG, IgA, IgM e IgE. Sin embargo algunos pacientes tienen niveles normales o solo moderadamente reducidos de inmunoglobulinas e incluso niveles normales de todas las clases de IgG. Por lo tanto será necesario realizar pruebas como la medición de los títulos de anticuerpos específicos (generalmente tipo IgG) en respuesta a antígenos de vacunas: antígenos proteicos, (como por ejemplo toxoide tetánico) y antígenos polisacáridos (como por ejemplo neumococo). La medición de estos anticuerpos específicos se puede realizar con métodos de ELISA disponibles comercialmente. No se recomienda realizar estas pruebas diagnósticas a los niños menores de 2 años de edad ya que pueden presentar respuestas débiles a determinadas vacunas (fundamentalmente una respuesta deficitaria frente a antígenos polisacáridos bacterianos).

Determinación de Anticuerpos anti proteínas (anti toxoide tetánico)

Los anticuerpos anti toxoide tetánico se forman como reacción a la vacuna contra la proteína del tétanos toxoide. La respuesta a la vacunación puede entonces cuantificarse por la determinación en suero de anticuerpos anti toxina tetánica a través de técnicas de ELISA.

Estas determinaciones están indicadas en casos de estado inmunológico incierto, complicaciones en la vacunación y supresión inmune.

Se considera que pacientes con anticuerpos anti toxoide tetánico menor a 0.01 UI/ml están sin protección inmunitaria o no vacunados, entre 0,01 a 0,10 UI/ml carecen de protección inmunitaria segura, entre 0,11 a 1,10 UI/ml poseen protección inmunitaria suficiente y títulos de anticuerpos anti toxoide tetánico mayores a 1,10 UI/ml representan protección inmunitaria duradera.

Determinación de anticuerpos antipolisacáridos (antineumococo)

Para la evaluación de anticuerpos anti polisacáridos se recomienda medir la respuesta a los polisacáridos incluidos en la vacuna neumococcica 23 valente. Estas vacunas tienen la habilidad de inducir títulos productivos contra 23 cepas (serotipos) del Streptococcus pneumoniae.

Se recomienda medir anticuerpos antes de la inmunización y 4 a 6 semanas después de la misma, para determinar si hubo una producción adecuada de anticuerpos. Se considera que los individuos normales responden a la mayoría de los serotipos en estas vacunas y mantienen esa producción durante años después de recibirla. Aquellos pacientes en los que la producción de anticuerpos antineumococo es deficiente y tienen niveles normales de inmunoglobulinas se dice que presentan un déficit específico de anticuerpos. El uso de la vacuna de polisacáridos del neumococo para evaluar la respuesta inmune, ha incrementado significativamente el diagnóstico de esta inmunodeficiencia.

Se considera un titulo protectivo concentraciones de anticuerpos antineumococo mayor de 40 mg/L y una respuesta adecuada post inmunización a concentraciones de anticuerpos antineumococo mayor de 80 mg/ L.

La consulta temprana con un inmunólogo clínico es esencial, ya que el diagnóstico y el tratamiento oportunos son imprescindibles para prevenir una morbilidad significativa asociada a estas enfermedades del sistema inmune.

Bibliografia:

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Dra. Erica Rodriguez
Dpto Inmunología
IBC Instituto de Bioquímica Clínica